Hay días en los que apetece no complicarte la vida. Días en los que tienes una visita inesperada que te da el tiempo justo para preparar algo con lo que tienes de manera habitual en la nevera. Me pasó el otro día.
Queque de yogur con glasa de limón
Ingredientes:
1 yogur natural
1 medida del vaso del yogur de mantequilla derretida o de aceite de girasol
2 medidas del vaso del yogur de azúcar
3 medidas del vaso del yogur de harina
4 huevos
Ralladura de un limón
1 cuch de levadura química
Mantequilla para el molde
Harina para espolvorear el molde
Para la cobertura:
100 gr de azúcar glacé
Zumo de limón
Cortezas de cítricos confitadas (ver receta aquí)
Elaboración:
Precalentar el horno a 180º en función Turbo (aire).
Verter en un bol los huevos y añadirles las 2 medidas de azúcar. Batir hasta obtener una mexcla blanquecina y que haya doblado un poco su volumen.
Añadir la medida de aceite de girasol y mezclar bien.
Añadir el yogur natural y la ralladura de limón.
En un bol aparte, tamizar la harina junto con la levadura química. Añadirla a la preparación anterior y mezclar con movimientos envolventes, mejor con una cuchara de madera o una espátula.
Enmantecar la base del molde y colocarle un papel parafinado en la base. Volver a enmantecar y espolvorear de harina. Retirar la sobrante.
Verter la masa en el molde y meter en el horno. Hornear por espacio de 45 minutos.
Cuando el queque esté frío, decoraremos con la glasa de limón y las cortezas de cítricos confitadas.
Para elabora la glasa, pondremos en un cuenco la cantida de azúcar glacé necesaria y le iremos añadiendo el zumo de limón hasta obtener una pasta fluida pero espesa, que se pueda trabajar y verter sobre el queque. A los pocos minutos, la glasa se solidificará.