CHALLAH

mayo 15, 2008

7 TENTACIONES
Creo que con este ya son 5 los retos que tengo con Bea y esto cada vez me gusta más. Me gusta porque a parte de utilizar los libros que tenemos, me ayuda a conocer un poco más de las tradiciones de otras culturas. el reto elegido por Bea, en este caso, fue hacer un Challah o pan de fiesta judío.
Tenía 17 años cuando mis padres me regalaron el libro El Médico, de Noah Gordon. Durante esa época, toda mi vida giraba en torno a la medicina, que era la carrera que quería cursar y por eso leer ese libro con tan buena documentación acerca de las prácticas de la medicina tanto en la oscura Europa medieval como en la brillante pero decadente Persia de los siglos XI y XII, fue para mi un viaje en el tiempo, un viaje en el que me veía como médico.

Viajé a una época en donde la práctica de la medicina se ejercía de manera casi cómica por cirujanos-barberos y por dentistas, charlatanes…, y donde cualquier práctica sospechosa podría tacharse de brujería.

Pero de las cosas que más me fascinaron del libro fue la falsa “conversión” al judaísmo de su protagonista, Rob J. Cole, cualidad necesaria para poder estudiar medicina en las tierras míticas de Ispashan.

Me di cuenta de que no sabía nada acerca de los judíos y mucho menos de sus tradiciones, cultura o historia.

Como religión que deriva del judaísmo, el cristianismo adoptó una serie de costumbres similares. Tener un día sagrado es una de ellas. Para los cristianos, es el domingo, el día en que Dios descansó. Para los judíos, el Sabbath.

El Sabbath. Palabra mágica cuando la pronuncias. Sabbath es también el día del descanso en la tradición judía. Sabbath es conocimiento, es identidad judía, es espiritualidad. Sabbath es placer, es una deliciosa comida, una mesa bien servida, el resplandor del candelabro, el dulce sonido de los cánticos, sueño placentero…

Además se contemplan una serie de tradiciones como es el no poder encender fuego desde la puesta de sol, por lo que la cena del Sabbath se cuece lentamente desde la mañana del viernes. Originariamente se hacía en un hoyo en el suelo donde se colocaban las brasas, el puchero y se tapaba con la tierra.

¿Qué es el Challah?

Challah es un pan de tradición askenazí hebrea, es el pan del Sabbath. Simboliza la bondad y la generosidad. Clásicamente se presenta trenzado y la doble trenza se utiliza en las celebraciones del año nuevo, Rosh Hashanah, y en las bodas judías. Es ligeramente dulce y para cumplir las reglas de la Kasherut no debe contener ni leche ni huevos, puesto que se come con carne y estos alimentos no pueden comerse juntos. Aunque la verdad sea dicha, todas las recetas que he visto de Challah, tanto en la red como en internet contienen huevos, muchos huevos. Eso sí, ninguna contenía leche.

¿Separar carne y leche? ¿qué pasa con los huevos? La tradición alimenticia judía también es famosa. Para que un alimento se pueda consumir tiene que ser Kosher. Cuando un alimento es Kosher, es un alimento apto. Los mamíferos que tengan las pezuñas partidas y que sean rumiantes son Kosher. Vacas, corderos, cabras. El cerdo está prohibido. Pollos, patos, pavos y gansos están permitidos así como sus huevos que no deben contener ni una traza de sangre para poder ser ingeridos. El pescado debe contener aletas y escamas. Los mariscos están prohibidos. La miel no se considera un producto animal, así que es Kosher, no las abejas. La sangre de los animales no se puede ingerir, y en los mataderos se utilizan unos cuchillos afiladísimos para procurar al animal el mínimo sufrimiento. Se observan unas exquisitas reglas de calidad y de higiene y la carne se trata con sal para que la sangre se absorba y despu´ñes es tratada para el consumo.

¿Por qué no mezclar la carne y la leche? Así lo dice el Talmud.

Si quieres ver el challah de Bea, pincha aquí.
Challah
Receta del libro Taste of Home, The Baking Book. Adaptada a Thermomix.
Ingredientes:
1 taza (250 ml) de agua tibia
½ taza (90 ml) de aceite de girasol
1/3 taza (70 gr) de azúcar
1 cucharada de sal
4 huevos
2 cucharaditas de levadura seca de panadería
6 a 6 ½ tazas de harina (1 taza=140 gr de harina)
Para el glaseado:
1 huevo
1 cucharada de agua fría
Semillas de sésamo o amapola para espolvorear.

Elaboración:
Poner el agua en el vaso y programar 1 minuto, temperatura 37º C, velocidad 2. Añadir la levadura y mezclar 10 segundos, a velocidad 4.
Añadir el resto de los ingredientes en el orden especificado y mezclar 30 segundos a velocidad 4.

Añadir la harina y mezclar 15 segundos, velocidad 6. Programar Vaso cerrado, 5 minutos, velocidad Espiga.

Con las manos un poco engrasadas sacar la masa del vaso y ponerla en un cuenco también ligeramente engrasado para que leve durante unas dos horas.
Dividir la masa en dos porciones y cada porción en tres. Con cada una de las porciones pequeñas, haremos tiras que trenzaremos entre sí, procurando que se aplanen en el final, quedando el centro más abombado. Dejar levar hasta que doble su volumen.

Batir el huevo con la cucharada de agua fría y pintar la superficie de la trenza. Espolvorear la semillas de sésamo o amapola.

Precalentar el horno a 180ºC y hornear durante 30 minutos.

Mazel Tov!!