Estar de vacaciones no implica, al menos
en mi caso estar todo el día en la playa. Y eso que me encanta. Este año he
aprovechado mi mes de vacaciones para visitar una vez más, la Isla de Tenerife.
Ir a Tenerife significa reencontrarme con la familia. Montamos el campamento
base en Tacoronte, un bello municipio de la costa norte de la isla,
famoso por tener una de las 7 denominaciones de origen vinícolas de la Isla, la
DO Tacoronte-Acentejo.
Desde Tacoronte nos movemos por toda la
Isla. Hacia el sur, hacia el norte...visitamos amigos pero sobre todo
disfrutamos de la belleza que se esconde en los rincones... A mi me pasa con la
Villa de La Orotava. Lo considero uno de los pueblos más bellos de las
Islas, su casco histórico está lleno de antiguas casas señoriales que datan de
los siglos XVII y XVIII.
Así que C y yo aprovechamos que los
niños no querían salir de casa para irnos a dar un romántico paseo por sus
calles, respirar tranquilidad y hacer unas últimas compras de rebajas en uno de
sus centros comerciales.
Les dejé preparados a los niños unos
sandwiches de pechuga de pavo y queso, que les encantan. Listos para
comer. Un buen pan integral, unas rodajas de tomate y unas hojas de lechuga y
tienen una merienda increíble. Es curioso como mis hijos, como la gran mayoría
de los niños, no comen mucha ensalada, pero nunca protestan cuando en el
bocadillo les incluyo vegetales. Es más, los prefieren así.
En mi bolso, además de la cámara
fotográfica incluí unos snacks, algo sano y fácil de llevar, para
picotear algo mientras estuviésemos de paseo y que nos permitiera aguantar
hasta la hora de la cena, ya que esa misma noche habíamos quedado con unos
amigos en el Puerto de la Cruz. Vacaciones y reencuentro con viejos amigos...
Se puede pedir más??
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