Si hay algo que me gusta, es la leche, y eso que le di la lata a mi madre cuando bebé porque a los ocho meses decidí, por mi cuenta y riesgo, que la leche, a mí, no me iba.
Como los niños son niños, un día en casa de mis tíos, me preguntaron: ¿quieres un Cola-Cao? Mi madre se apresuró a responder por mí: no, déjalo, que a la niña no le gusta la leche. Pero yo, viendo a mis primos con su batido, grité que sí.
"Quién tiene niños, no pasa vergüenza". Y dicho y hecho. Me tomé mi batido.
Desde ese día, un vaso de leche bién fría, es para mí uno de los más deliciosos manjares.
Lo que ocurre ahora, es que debido a mi estado de buena esperanza, la leche y yo hemos vuelto a pelearnos. Me sabe mal, he probado con muchas marcas y nada de nada; tengo la digestión pesada; la repito continuamente... de hecho, no puedo tomarme un helado que contenga leche o nata o me pasaré la noche sin dormir. Lo paso realmente mal.
Así que un día, de reunión con otras amigas amantes de la cocina, estuvimos hablando del kéfir y de sus beneficios para el organismo. Me dije, porqué no probar con el kéfir si el yogur me sienta medianamente bien y así me podré tomar un vaso de leche en el desayuno.
Ni corta ni perezosa, le pedí a Paqui (GC), un poco del bichito en cuestión. Y... oh! milagro... la pesadez y la mala digestión han desaparecido.
El único problema que se me presenta ahora, es el rápido crecimiento del bichito en cuestión y de su producción de leche kefirada. Así que una vez más, recurro a los sabios consejos de Paqui: "niña, haz un queque de kéfir".
Queque (Bizcocho) de kéfir
Ingredientes:
1 taza de leche kefirada
1 taza de aceite de girasol
2 tazas de azúcar
3 tazas de harina
Esencia de vainilla
4 huevos
1 cucharada de impulsor o levadura química
1 cucharada de bicarbonato
Elaboración:
Precalentar el horno a 180º en función aire (o turbo).
En un bol, batir con unas varillas los cuatro huevos junto con el azúcar. Cuando la mezcla esté espumosa y haya doblado su volumen, añadir la leche kefirada, el aceite y la esencia de vainilla mezclando bien después de cada adicción.
Añadir la harina tamizada junto con el impulsor y el bicarnotato. batir hasta obtener una mezcla lisa, sin grumos y homogénea. Dejar reposar unos minutos.
Pincelar con mantequilla derretida un molde, y espolvorearlo de harin. Retirar la sobrante. Verter la mezcla y hornear aproximadamente 45 minutos.
Verificar la cocción introduciendo un palito y comprobando si éste, sale limpio.
Dejar enfriar en el molde unos 5 minutos. Desmoldarlo y dejarlo enfriar completamente en una rejilla.