{Mousse de yogur con albaricoques asados}

junio 24, 2009

38 TENTACIONES

Ya podemos decir que el verano ha llegado. Y con el todas esas frutas carnosas y jugosas, provistas de un enorme hueso como son los albaricoques, los melocotones, nectarinas, paraguayos, cerezas, ciruelas en todas sus variedades... También han llegado los melones y las sandías... Frutas tropicales muy comunes en las islas como los mangos , la piña o la papaya presentan ahora, su mejor momento.


El verano invita a comernos todas estas jugosas frutas que nos aportan vitaminas, una gran cantidad de agua y fibra. No hay nada como comerse un melocotón a mordiscos y que su jugo nos llene la boca, o estar sentada leyendo un buen libro junto con un bol lleno de cerezas y no dejar ni una.

Teniendo dos niños, me gusta variar los postres que se toman. Que no sean tan solo yogur y natillas... y ya sabemos como son los niños con la fruta. Para ellos, estos vasitos han sido todo un descubrimiento. Al meter la cuchara se encontraban con los albaricoques dulces, la textura aérea y ácida de la mousse de yogur y terminaban con los pistachos crujientes.




Mousse de Yogur con Puré de Albaricoques Asados
Receta de GranCanaria

200 gr de yogur griego
25 gr de azúcar
100 ml de nata
2 gr de gelatina en hojas

Albaricoques maduros
Azúcar moreno
Tomillo fresco

Pistachos para decorar


Lavar y cortar los albaricoques a la mitad y retirarles el hueso. Disponerlos en una fuente para el horno y añadirles las hojas de tomillo y el azúcar moreno. La cantidad de azúcar dependerá de lo dulces y maduros que estén los albaricoques.

Hornear en horno precalentado a 200ºC durante unos 20 minutos. Retirar del horno, dejar enfriar, retirarles la piel y hacerlos puré. Probar de azúcar y si es necesario, añadirle un poco más. Reservar.

Poner la hoja de gelatina en abundante agua fría para rehidratarla.

Calentar ligeramenta 50 ml de nata y disolver en ella la gelatina. Añadir el resto de la nata. Dejar enfriar un poco y meterla en la nevera vigilando que la gelatina no cuaje por completo. Montar la nata. Reservar.

Mezclar el azúcar con el yogur hasta que se disuelva completamente. Añadir la nata montada y meclar con movimientos envolventes. Reservar.

Verter en el fondo de los vasitos, la mousse de yogur, seguida de puré de albaricoques y a contincuación más mousse de yogur. Hacer tantas capas como se pueda. Decorar con unos pistachos troceados.

Refrescante y sumamente ligero!!

TARTA DE TOMATES

La segunda de las recetas de la Revista del Colegio de Enfermería de este trimestre. Como hay que aprovechar los productos de temporada, nada mejor que unos buenos tomates, ahora que empiezan a estar en su mejor momento. Uno de mis vegetales favoritos, o quizás debería decir frutas. A veces no tengo muy claro cuál es el término más apropiado para dirigirme hacia ellos. Lo cierto es que todo lo acompaño con tomate. Un simple sandwich o bocadillo gana muchos enteros con unas buenas rodajas de tomate en su interior. Aliñados tan sólo con un poco de sal, ajo y orégano... acompañados por bonito o aguacate... tomate cherry, pera, raf, kumato... la variedad me da igual, pero siempre un buen tomate y un buen aceite.
Las tartas saladas se han convertido en un buen recurso a la hora de ofrecer a nuestros invitados o a nosotros mismos, unos platos sencillos pero muy sabrosos. Combinan a la perfección una base crujiente con unos rellenos muy variados, verduras, setas y champiñones, salmón…, en fin de lo que tengamos a mano.



Tarta de Tomates

Pâte Brisée aromatizada con orégano
1 cabeza de ajos
Aceite de oliva virgen extra
1 kg de tomates maduros cortado en rodajas
1 bola de queso mozzarella
50 gr de queso parmesano rallado
Sal y pimienta negra recién molida
Hojas de orégano fresco

Pâte Brisée aromatizada con orégano
280 gr de harina de trigo
225 gr de mantequilla sin sal, fría y cortada en cubos
1 cucharadita de sal
½ cucharadita de pimienta negra recién molida
60 ml de agua muy fría
3 o 4 ramitas de orégano fresco

Elaboración en Thermomix: poner todos los ingredientes en el orden indicado y programar 15” a velocidad 6. Sacar la masa del vaso, amasar ligeramente, darle forma aplanada y envolver en film de cocina. Reservar en el frigorífico al menos 1 hora.

Elaboración manual: poner en un bol grande la harina, la sal, la pimienta negra y el orégano bien picado y mezclar bien. Añadir la mantequilla y con la punta de los dedos ir mezclando hasta obtener una masa arenosa. Añadir el agua fría poco a poco hasta obtener una masa lisa y suave, ligeramente pegajosa al tacto. Dividir la masa en dos porciones y envolverla en film de cocina.

Dejar reposar en el frigorífico al menos 1 hora.

Sacar la masa del frigorífico y dejar que coja temperatura al menos unos 10 minutos. Enharinar ligeramente la superficie de trabajo y con el rodillo estirar la masa hasta que tenga aproximadamente 0.5 cm de espesor. Poner la masa en un molde tarta con base desmontable.

Presionar la masa sobre el molde y sobre los laterales. Con la ayuda del rodillo o de un cuchillo, retirar el sobrante de masa. Cubrir la tarta con film de cocina y reservar en el frigorífico mientras preparamos el relleno.

Precalentar el horno a 180ºC. Envolver la cabeza de ajos en un trozo de aluminio. Añadir un poco de aceite de oliva y cerrar el paquete. Colocarlo sobre una bandeja de horno pequeña y hornear durante unos 30 minutos, hasta que al insertar la punta de un cuchillo, no encontremos resistencia. Sacar del horno y dejar enfriar.

Subir la temperatura del horno hasta 225ºC. Cuando los ajos estén lo suficientemente frío para manipularlos, retirar las pieles y convertirlos en puré. Extender el puré de ajos sobre la superficie de la tarta y colocar sobre él, el queso mozzarella cortado en rodajas. Disponer de forma decorativa las rodajas de tomate sobre el queso y salpimentar. Espolvorear con el queso parmesano y hornear durante 45 minutos, hasta que la base esté dorada y los tomates se vean suaves pero aún conserven su forma. Dejar enfriar sobre una rejilla unos 20 minutos.

Cortar las hojas de orégano finamente y esparcirlas sobre la tarta.

PANNA COTTA DE AGUA DE ROSAS CON FRAMBUESAS Y LYCHEES

junio 10, 2009

16 TENTACIONES

Parece mentira que ya hayan pasado tres meses desde mi primera colaboración con la revista del Colegio de Enfermería de Las Palmas. De nuevo presenté dos recetas, una tarta salada y una panna cotta. Me apetecía algo ligero, acorde con la nueva estación que está a punto de llegar, el verano.

Soy de sol. De mar y de arena. De pasarme horas enteras tumbada en la arena blanca de las playas de la isla tomando el sol. Acompañada de un buen libro, o simplemente de esa libreta que me acompaña a todas partes y donde voy recogiendo ideas, apuntes, sugerencias, posibles estilismos para las fotografías que acompañarán a las recetas. Cualquier cosa que me sirva de inspiración... Y en silencio.

Ahora mismo, estoy soñando. Sueño que el sol da en mi cara y la calienta. Que me pone las mejillas coloradas a pesar de la protección que tengo que usar. Oigo el mar cerca de mí. Su murmullo me adormece. Agarro la arena caliente con mi mano y la dejo escapar entre mis dedos, grano a grano...

Uno de los postres que más pueden agradar tras una copiosa comida, es la panna cotta. Postre de tradición italiana, procedente de la región de Piamonte, es parecido a un flan por su suave textura, pero mucho más compacta debido a que se cuaja con gelatina. Tradicionalmente se elabora sólo utilizando nata pero en la actualidad se suele realizar una mezcla de diferentes proporciones de nata y leche.


Panna Cotta de Agua de Rosas con Frambuesas y Lychees

125 ml de nata para montar
125 ml de leche entera
80 gr de queso Mascarpone
2 hojas de gelatina
50 gr de azúcar
2 gotas de colorante rosa (opcional)
1 cucharada de agua de rosas
Frambuesas (frescas o congeladas)
1 lata de lychees en almíbar

Hidratar las hojas de gelatina en abundante agua fría. Reservar.

Mezclar la nata con el azúcar y llevar a ebullición, a fuego medio. Remover hasta que el azúcar se disuelva. Reservar.

Mezclar la leche con el queso Mascarpone y reservar.

Escurrir bien las hojas de gelatina y añadirlas a la mezcla de nata y azúcar. Mezclar hasta que la gelatina se disuelva por completo. Verter esta preparación sobre la leche entera y el queso Mascarpone. Añadir las gotas de colorante rosa y si va a utilizar y la cucharada de agua de rosas.
Pasar la mezcla por un colador para evitar los grumos y verter sobre los moldes o recipientes elegidos. Dejar a temperatura ambiente hasta que se enfríe y entonces meter en la nevera durante toda la noche para que cuaje.

Para desmoldar las panna cotttas, sumergir el fondo del molde durante unos segundos en agua caliente e invertir los moldes sobre los platos de presentación. Adornar cada panna cotta con las frambuesas y los lychees.