ARRIBA EL TELÓN... LAS DARING BAKERS VAMOS A LA ÓPERA!!!

mayo 28, 2008

25 TENTACIONES

Un nuevo mes ha pasado y ya tenemos un nuevo reto de las Daring Bakers entre manos. En esta ocasión han sido sus fundadoras, Lis (La Mia Cucina) e Ivonne (Cream Puff in Venice) quienes ayudadas por Fran de Apples Peaches Pumpkin Piey Shea de Whiskful, han sido las anfitrionas. Su elección ha sido muy interesante, la tarta Ópera.

La tarta Ópera es un pastel francés de exquisito refinamiento y elegancia, creado a principios del siglo XX por Louis Clichy. Elaborado originariamente con cacao, chocolate y café, en esta ocasión no se permitía utilizar estos ingredientes sino que había que utilizar ingredientes claros como la vainilla, el coco, la piña,…

Tras pensar en varias opciones, me he decidido por lo siguiente: tarta Ópera de manera individual, en molde redondo, con cítricos, con un toque español…

Y éste ha sido el resultado.


Tarta Ópera con Crema de Vainilla y Azafrán y Mousse de Naranja
Orange-Saffron Buttercream and Orange Mousse Mini Round Opera Cake


Bizcocho de almendras
3 claras de huevo
15 gr da azúcar granulado
125 gr de almendras molidas
110 gr de azúcar glacé
3 huevos
45 gr de harina
Mantequilla a temperatura ambiente para engrasar el molde

Precalentar el horno a 220ºC. Forrar la base de una bandeja con papel de horno y enmantecarla con la ayuda de una brocha de pastelería.
En un bol montar las claras a punto de nieve firme, añadiendo el azúcar granillo. Reservar
En otro bol, mezclar las almendras molidas el azúcar glacé y los huevos a velocidad media hasta que estén blanqueados y haya doblado su volumen, alrededor de 3 minutos. Añadir la harina y mezclar justo hasta que los ingredientes estén bien integrados.
Unir las dos preparaciones, mezclándolas con movimientos envolventes y verterla en la bandeja ya preparada.
Hornearla unos 8 minutos, justo hasta que empiece a dorarse. Dejar que se enfríe sobre una rejilla y cuando pasen 10 minutos desmoldarlo y dejar enfriar completamente a temperatura ambiente.

Jarabe de naranja y Cointreau
70 ml de agua
35 gr de azúcar granillo
Ralladura de una naranja
1 cucharada de Cointreau

Poner todos los ingredientes en un cazo y llevarlo a ebullición.
Retirarlo del fuego y dejarlo enfriar a temperatura ambiente.
Colar el jarabe antes de utilizarlo.

Crema de mantequilla de azafrán y naranja
3 claras de huevo frías
¼ de cucharadita de crémor tártaro
155 gr de azúcar granillo y dos cucharadas extras
60 ml de agua
315 gr de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
Ralladura de naranja
½ vaina de vainilla de Tahití
Hebras de azafrán de La Mancha

En un bol bien limpio poner las claras de huevo y añadirles el crémor tártaro. Mezclar bien hasta que el crémor se disuelva. Reservar hasta que hayamos elaborado el jarabe.
En un cazo pequeño de fondo grueso, mezclar el azúcar y el agua. Colocar la sonda de un termómetro mientras se cuece a fuego bajo, cubierto y sin remover. Una vez que el azúcar se haya disuelto, subir el fuego y dejar que el jarabe burbujee vigorosamente y el termómetro registre una temperatura de 116ºC, alrededor de unos 5 minutos. Retirar del fuego.
Tan pronto como el jarabe esté fuera del fuego, comenzar a montar la mezcla de las claras con el crémor tártaro y las dos cucharadas de azúcar, a velocidad media hasta que estén esponjosas, alrededor de 1 minuto. Incrementar la velocidad y continuar batiendo hasta que estén brillantes, blancas y suaves; y se formen dibujos en la mezcla.
Reducir la velocidad y cuidadosamente ir añadiendo el jarabe en hilo fino, en el espacio que queda entre las paredes del bol y las varillas. El exterior del bol debe notarse caliente al tacto. Aumentar la velocidad y continuar batiendo, vigorosamente, durante otros 5 minutos. En este punto, el exterior del bol debe notarse tibio al tacto, y el merengue será firme.
Cortar en porciones la mantequilla y añadirla poco a poco, esperando a que una porción esté bien integrada antes de añadir la otra. Añadir la ralladura de naranja, la vainilla y las hebras de azafrán.
Continuar batiendo hasta que la mezcla esté suave y cremosa.
Reservar en el frigorífico hasta su utilización.

Mousse de naranja (Elaboración en Thermomix)
150 gr de azúcar
La piel de una naranja
100 gr de mantequilla
4 huevos
150 ml de zumo de naranja
1 hoja de gelatina
150 ml de nata 35% MG

Hidratar la hoja de gelatina en agua fría.
Verter en el vaso el azúcar y pulverizarlo durante 20 segundos a velocidad 10. Añadir la piel de naranja y pulverizarla el mismo tiempo y a la misma velocidad.
Agregar los ingredientes restantes y programar 6 minutos, temperatura 90ºC, velocidad 3. Una vez terminado el tiempo, añadir la hoja de gelatina previamente escurrida y programar 30 segundos, velocidad 3, sin temperatura.
Sacar del vaso y dejar enfriar.
Mientras, montar la nata. Mezclarla con movimientos envolventes con la crema ya fría.
Reservar la mouse de naranja en el frigorífico.

Glaseado de chocolate blanco
200 gr de chocolate blanco de cobertura
60 ml de nata líquida con un 35% de MG

Trocear el chocolate y colocarlo en un bol de cristal. En un cazo pequeño, llevar a ebullición la nata líquida y verterla sobre el chocolate troceado. Mezclar hasta que se haya derretido del todo. Dejar enfriar unos 10 minutos y entonces verterlo sobre la tarta y con la ayuda de una espátula de pastelería, extenderlo sobre la superficie de la tarta.

ALL-AMERICAN, ALL DELICIOUS APPLE PIE

mayo 23, 2008

14 TENTACIONES
Un nuevo reto con Bea ya está en la red. Se trata de otro clásico americano como es el Apple pie y debo confesar que de todos los que he hecho, éste es el que más me ha gustado. El primer post de este blog ya decía que las tartas de manzanas son mis favoritas entre las favoritas. Me gustan porque las manzanas le dan el toque ácido justo que necesitan para que una tarta no te resulte empalagosa… Por eso y por que como ya lo he dicho en otras ocasiones me encanta el toque ácido en la comida.

En esta ocasión, me tocaba elegir a mí. Elegí primeramente el libro. Baking. From my home to yours de Dorie Greenspan. Y aunque la mejor temporada de las manzanas ya ha pasado, todavía quedan en el mercado deliciosas manzanas tanto dulces como ácidas, perfectas para esta receta.

Para elegir la receta, me fui a mis recuerdos de la niñez. ¿Quién no ha visto unos dibujos de Disney, con Daisy o Minnie en la cocina y dejando en el alféizar de la ventana un Apple Pie recién horneado y listo para enfriarse? Apple Pie que desaparecía, robado por Pluto, por Mickey, por Donald, por Pete el de los Apantadores o incluso por el bueno de Goofey.

Yo también lo dejé enfriar en el alféizar de mi ventana, pero nadie me lo robó. Eso sí, desapareció inmediatamente, no dejaron ni las migajas…

All-American, All-Delicious Apple Pie
Baking. From my home to yours, Dorie Greenspan.

Ingredientes:
Para la masa:
425 gr de harina de todo uso
250 gr de mantequilla sin sal muy fría, cortada en cubos
115 gr de azúcar granulado
1 ½ cucharadita de sal
60 ml de agua muy fría
Para el relleno:
3 manzanas ácidas (utilicé de la variedad Granny Smith)
3 manzanas dulces (utilicé de la variedad Golden Delicious)
170 gr de azúcar granulado
Ralladura de un limón
2 cucharadas de tapioca
½ cucharadita de canela molida
¼ cucharadita de nuez moscada
¼ cucharadita de sal
2 cucharadas de cereales integrales aplastados con el rodillo
2 cucharadas de mantequilla fría sin sal, cortada en cubitos pequeños
Para el glaseado:
Leche o nata
Azúcar granulado

Elaboración:
Poner todos los ingredientes de la masa en el vaso de la Thermomix, y programar 10 segundos, velocidad 6.

Sobre una superficie ligeramente enharinada, volcar la masa y muy rápidamente dividirla en dos porciones, aplanarlas ligeramente, envolverlas en papel film y guardarlas en el frigorífico alrededor de una hora.

Engrasar el molde y meterlo también en la nevera.

Mientras tanto, preparar el relleno y precalentar el horno a 200º C.

Pelar y descorazonar las manzanas y cortarlas en trozos. Ponerlas en un bol y añadirles el azúcar, la ralladura de limón, la tapioca, la canela, la nuez moscada y la sal. Mezclar realmente bien hasta que en el fondo del bol se empiece a ver el jugo que sueltan las manzanas. Si se quiere se puede hacer esta operación con las manos o con una cuchara de madera.

Sacar el molde de la nevera y una de las porciones de masa y dejarla atemperar unos 5 minutos. Extenderla con la ayuda del rodillo, de modo que su diámetro sea unos centímetros más grande que el molde. Encamisar el molde, que previamente habremos colocado sobre papel de horno o sobre un tapete de silicona. Añadir los trocitos de cereales en la base de la tarta.

Añadir el relleno en forma de montaña, y sobre éste, colocar los trocitos de mantequilla cortada en daditos pequeños.

Sacar la segunda porción de tarta, dejarla atemperar y extenderla con la ayuda del rodillo, dejándola también unos centímetros más grandes que el molde. Colocarla sobre el relleno y cortar con unas tijeras un poco de la masa sobrante. Presionar con los dientes de un tenedor los bordes de la masa para sellarlos o hacerles un borde decorativo ondulado.

Con un cuchillo afilado, hacerle 6 cortes en la superficie de la masa y una pequeña “chimenea” en el centro para que pueda salir el vapor durante la cocción.

Pincelar la masa con un poco de leche o de nata y espolvorear con azúcar granulado.
Hornear la tarta durante 15 minutos a 200ª C, bajar la temperatura del horno a 180º C y hornear durante 50 ó 60 minutos más.

Dejarla enfriar sobre una rejilla y consumirla tibia, acompañada de un buen helado de vainilla o un toque de nata montada.

Prefiero lo primero, el helado de vainilla…

El Apple Pie de Bea, como siempre aquí.



PANNACOTTA AL AROMA DE LIMÓN Y FRESAS A LA MENTA

mayo 21, 2008

10 TENTACIONES




Estábamos en abril cuando Mike y su blog , nos propusieron el STRABERRY SEDUCTION. En aquella ocasión preparé una tarta de fresas y crema de queso mascapone que pueden ver aquí. No sé si llegué a comentar que las frutas rojas bayas en general, y las fresas, en particular son unas de mis frutas favoritas. Actualmente su uso no se limita a la repostería o a los postres sino que se incluyen también más en la cocina salada.


Cuando estaba estudiando en la Universidad, me llevaba la comida en el típico tapper. Como no teníamos donde calentarla, mi menú se basaba en ensaladas y en cosas que precisasen de poca manipulación. Entraba de prácticas a las 9 de la mañana y salía a las 2 de la tarde. Tan sólo disponía de una hora para comer, ya que a las 3 volvíamos a clase hasta las 7 o las 8 de la tarde.

Mi madre se levantaba cada mañana y me preparaba la comida que me iba a llevar. No se pueden imaginar las ensaladas que me hacía. Lechugas, zanahorias, aguacates, tomates, atún, millo, cangrejo, brotes de soja y frutas… Si, frutas en la ensalada…un trozo de papaya, un kiwi en rodajas, una raja de melón, unas rodajas de piña, unas fresas en trocitos…

Añadir fruta fresca a las ensaladas es algo habitual, aquí en Canarias. Por eso no me extraña que las frutas se estén utilizando tan ampliamente en la cocina salada. Al menos, mi madre ya lo hacía hace algunos años y que conste que ella cocina por obligación.

Ahora que empieza el buen tiempo (aunque aquí la verdad es que este año no nos ha abandonado mucho), comenzaré a preparar sopas frías y gazpachos, que además de ser muy refrescantes y fáciles de preparar, están llenos de vitaminas.

Salmorejo, gazpacho (sin pepino), sopa fría de melón, gazpacho de fresas con cangrejo, gazpacho de cerezas, son algunas de las propuestas que irán viendo poco a poco.

Eso sí, la receta de hoy es dulce…aunque...no sólo de dulce vive el hombre…


PannaCotta al Aroma de Limón y Fresas con Menta
Receta de Helen, del blog Tartelette. Con algunos cambios…


Ingredientes:
1 taza (250 ml) de leche entera
1 taza (240 ml) de nata líquida 18% MG
½ taza (115 gr) de azúcar
2 hojas de gelatina
Ralladura de un limón
Fresas frescas
Hojas de menta
Un poco de azúcar


Elaboración:
Poner las hojas de gelatina en remojo con agua fría.
En un cazo mediano, poner el resto de los ingredientes y llevarlos hasta el punto de ebullición. Retirarlo del fuego en dejar infusionando la ralladura de limón unos 10 minutos.
Con la mezcla de leche y nata todavía con temperatura, añadir las hojas de gelatina bien escurridas y remover hasta su completa disolución.
Verter en vasitos individuales y dejar enfriar en la nevera.
Lavar y trocear las fresas y picar finamente las hojas de menta. Ponerlas en un bol y añadir un par de cucharadas de azúcar. En este caso he utilizado, azúcar con aroma de vainilla natural. Reservar en el frigorífico hasta su utilización.
Cuando vayamos a consumir las pannacotas, añadirles un par de cucharadas de fresas y si se puede un poco del jarabe que desprenden. Adornar con unas hojitas de menta.

CHALLAH

mayo 15, 2008

7 TENTACIONES
Creo que con este ya son 5 los retos que tengo con Bea y esto cada vez me gusta más. Me gusta porque a parte de utilizar los libros que tenemos, me ayuda a conocer un poco más de las tradiciones de otras culturas. el reto elegido por Bea, en este caso, fue hacer un Challah o pan de fiesta judío.
Tenía 17 años cuando mis padres me regalaron el libro El Médico, de Noah Gordon. Durante esa época, toda mi vida giraba en torno a la medicina, que era la carrera que quería cursar y por eso leer ese libro con tan buena documentación acerca de las prácticas de la medicina tanto en la oscura Europa medieval como en la brillante pero decadente Persia de los siglos XI y XII, fue para mi un viaje en el tiempo, un viaje en el que me veía como médico.

Viajé a una época en donde la práctica de la medicina se ejercía de manera casi cómica por cirujanos-barberos y por dentistas, charlatanes…, y donde cualquier práctica sospechosa podría tacharse de brujería.

Pero de las cosas que más me fascinaron del libro fue la falsa “conversión” al judaísmo de su protagonista, Rob J. Cole, cualidad necesaria para poder estudiar medicina en las tierras míticas de Ispashan.

Me di cuenta de que no sabía nada acerca de los judíos y mucho menos de sus tradiciones, cultura o historia.

Como religión que deriva del judaísmo, el cristianismo adoptó una serie de costumbres similares. Tener un día sagrado es una de ellas. Para los cristianos, es el domingo, el día en que Dios descansó. Para los judíos, el Sabbath.

El Sabbath. Palabra mágica cuando la pronuncias. Sabbath es también el día del descanso en la tradición judía. Sabbath es conocimiento, es identidad judía, es espiritualidad. Sabbath es placer, es una deliciosa comida, una mesa bien servida, el resplandor del candelabro, el dulce sonido de los cánticos, sueño placentero…

Además se contemplan una serie de tradiciones como es el no poder encender fuego desde la puesta de sol, por lo que la cena del Sabbath se cuece lentamente desde la mañana del viernes. Originariamente se hacía en un hoyo en el suelo donde se colocaban las brasas, el puchero y se tapaba con la tierra.

¿Qué es el Challah?

Challah es un pan de tradición askenazí hebrea, es el pan del Sabbath. Simboliza la bondad y la generosidad. Clásicamente se presenta trenzado y la doble trenza se utiliza en las celebraciones del año nuevo, Rosh Hashanah, y en las bodas judías. Es ligeramente dulce y para cumplir las reglas de la Kasherut no debe contener ni leche ni huevos, puesto que se come con carne y estos alimentos no pueden comerse juntos. Aunque la verdad sea dicha, todas las recetas que he visto de Challah, tanto en la red como en internet contienen huevos, muchos huevos. Eso sí, ninguna contenía leche.

¿Separar carne y leche? ¿qué pasa con los huevos? La tradición alimenticia judía también es famosa. Para que un alimento se pueda consumir tiene que ser Kosher. Cuando un alimento es Kosher, es un alimento apto. Los mamíferos que tengan las pezuñas partidas y que sean rumiantes son Kosher. Vacas, corderos, cabras. El cerdo está prohibido. Pollos, patos, pavos y gansos están permitidos así como sus huevos que no deben contener ni una traza de sangre para poder ser ingeridos. El pescado debe contener aletas y escamas. Los mariscos están prohibidos. La miel no se considera un producto animal, así que es Kosher, no las abejas. La sangre de los animales no se puede ingerir, y en los mataderos se utilizan unos cuchillos afiladísimos para procurar al animal el mínimo sufrimiento. Se observan unas exquisitas reglas de calidad y de higiene y la carne se trata con sal para que la sangre se absorba y despu´ñes es tratada para el consumo.

¿Por qué no mezclar la carne y la leche? Así lo dice el Talmud.

Si quieres ver el challah de Bea, pincha aquí.
Challah
Receta del libro Taste of Home, The Baking Book. Adaptada a Thermomix.
Ingredientes:
1 taza (250 ml) de agua tibia
½ taza (90 ml) de aceite de girasol
1/3 taza (70 gr) de azúcar
1 cucharada de sal
4 huevos
2 cucharaditas de levadura seca de panadería
6 a 6 ½ tazas de harina (1 taza=140 gr de harina)
Para el glaseado:
1 huevo
1 cucharada de agua fría
Semillas de sésamo o amapola para espolvorear.

Elaboración:
Poner el agua en el vaso y programar 1 minuto, temperatura 37º C, velocidad 2. Añadir la levadura y mezclar 10 segundos, a velocidad 4.
Añadir el resto de los ingredientes en el orden especificado y mezclar 30 segundos a velocidad 4.

Añadir la harina y mezclar 15 segundos, velocidad 6. Programar Vaso cerrado, 5 minutos, velocidad Espiga.

Con las manos un poco engrasadas sacar la masa del vaso y ponerla en un cuenco también ligeramente engrasado para que leve durante unas dos horas.
Dividir la masa en dos porciones y cada porción en tres. Con cada una de las porciones pequeñas, haremos tiras que trenzaremos entre sí, procurando que se aplanen en el final, quedando el centro más abombado. Dejar levar hasta que doble su volumen.

Batir el huevo con la cucharada de agua fría y pintar la superficie de la trenza. Espolvorear la semillas de sésamo o amapola.

Precalentar el horno a 180ºC y hornear durante 30 minutos.

Mazel Tov!!

SIN COMENTARIOS...

mayo 13, 2008

9 TENTACIONES
No sé que es lo que ha podido pasar, pero si soléiss leer este blog con asiduidad, habréis comprobado que en las dos últimas entradas no se pueden dejar comentarios. Este problema es ajeno a mi voluntad. La culpa la tiene Blogger, al que de vez en cuando le da por ponerse a jugar y a desbaratar las plantillas de cientos o miles de blogs a la vez.

En esta ocasión, le ha tocado al mío.

Llevo desde el pasado viernes intentando encontrar una solución a este problema y por ahora, todo pasa por cambiarle códigos HTML a la plantilla. Me he puesto en contacto con el grupo de ayuda de Google pero no sé si es que yo lo veo muy complicado pero con todas las soluciones que me han aportado no he conseguido areglar nada.

Mi intención era no publicar ninguna entrada más hasta que solucionase el problema, pero creo que no es una buena idea. yo seguiré con mi ritmo y si leeis una entrada y quereis hacer un comentario, me podeis mandar una mail a anamobula(arroba)gmail(punto)com; o hacerlo en la última entrada que lo permite, es decir en la de las cookies de chocolate.

Espero poder solucionar este problema tan pronto como me sea posible.

Edito: parece que ahora permite dejar comentarios...

CARROT CAKE

mayo 08, 2008


Por fin!! Si, ya sé. Llevo un par de entradas retrasadas, pero es que la reincorporación a mi actividad laboral tras haber estado de baja por mi embarazo y posterior maternidad, ha sido peor de lo que esperaba.

¿Quién se queda con el bebé? ¿Quién lleva al peque al cole? Y encima, tenía que meter el coche en el taller para que me arreglasen un golpe que me dieron hará unos cuatro meses y pasar la ITV. No me considero una superwoman, además es un término que no me hace mucha gracia, pero creo que no seríamos capaces de compaginar la vida laboral con la familiar sin la ayuda de los abuelos.
Creo que soy afortunada, puesto que tanto mi madre como mi suegra se desviven por ayudarme a atender a los niños. Antes de tener al bebé, se quedaban con mi hijo mayor durante los fines de semana o cuando mi marido y yo queríamos hacer una escapada romántica los dos solos. Ciertamente, no me puedo quejar.

Una de las cosas buenas de mi trabajo (y tiene otras muchas), es que trabajo a turnos. Trabajo dos días como una loca pero después me compensa tener hasta tres días libres en los que no piso el hospital para nada. Y durante esos dos días mi madre y mi suegra se reparten las tareas. Una viene a casa a esperar que mi marido llegue con el otro niño si es que ambos coincidimos en el mismo turno, la otra se queda con el bebé durante toda la mañana o la tarde. Me traen la comida si es que he trabajado de noche y no he tenido tiempo de prepararla, me hacen una pequeña compra, van a la farmacia, etc… Generalmente cuando llego a casa después de trabajar, el mayor ya está duchado, cenado y la gran mayoría de las ocasiones, hasta dormido.

Durante los tres días libres, es cuando me puedo dedicar a mi familia, a mi casa y cómo no a mi hobby favorito, la cocina, y a mi blog. Creo que va a ser así como me organice a partir de ahora. Intentaré hacer el mayor número de delicias culinarias en mis días libres y publicarlas tanto en esos días como en los días en los que trabajo.

Cuando tuve que proponerle a Bea, este último reto, pensé en hacer algo que después me pudiera llevar al trabajo y compartirlo con mis compañeros. La mejor solución, un bizcocho. Y algo nuevo, de zanahorias.

Los bizcochos de zanahorias son un clásico tan americano como lo pueden ser el New York Style ChesseCake o las Chocolate Chip Cookies del reto anterior. Resulta una masa fácil de mezclar y cuya textura resulta sorprendentemente húmeda, gracias a la combinación de zanahoria, trocitos de piña y aceite.

Generalmente, este bizcocho de zanahorias lleva una cobertura brillante y blanca, cremosa y untuosa, hecha de mantequilla y queso crema que le dan esas cualidades. Sorprendentemente, tanto Bea como yo, hemos elaborado este bizcocho sin hacerle la cobertura.

Qué más puedo decir. Simplemente, delicioso.

El Carrot Cake de Bea, pincha aquí.

Carrot Cake
Receta del libro Mastering Cakes, Williams-Sonoma

Ingredientes:

315 gr de harina todo uso
1 y ½ cucharadita de bicarbonato de soda
1 cucharadita de canela molida
½ cucharadita de sal
4 huevos grandes
500 gr de azúcar granulada (yo le puse sólo 300 gr, de los cuales 150 de azúcar granulado blanco y 150 gr de azúcar moreno).
1 cucharadita de esencia de vainilla
250 ml de aceite de maíz
185 gr de zanahoria rallada
250 gr de piña en su jugo finamente picada
125 gr de nueces troceadas
Azúcar glacé


Elaboración:

Precalentar el horno a 180º C y preparar el molde (he usado un molde desmontable de 24 cm de diámetro), forrando la base del mismo con papel de horno, engrasando la superficie con mantequilla y espolvoreándolo de harina, retirando la sobrante. Colocar una rejilla en la mitad inferior del horno.

Tamizar la harina, el bicarbonato, la canela y la sal a través de un colador de malla fina. Reservar.

En un bol, mezclar los huevos y los dos tipos de azúcar, hasta que la masa batida tenga un color amarillo pálido y haya doblado su volumen.
Reducir la velocidad de la batidora y añadir el extracto de vainilla y el aceite de maíz en hilo fino.

Mezclar hasta que esté bien incorporado, aproximadamente 1 minuto. Añadir la mezcla de harina y mezclar hasta que no se vean gromos blancos. Añadir la zanahorias, la piña y finalmente las nueces troceadas.

Poner la masa en el molde preparado y alisar ligeramente la superficie. Hornear hasta que se vea ligeramente dorado y se sienta firme al tacto, o insertar un palillo en el centro y que éste salga limpio, unos 40-45 minutos.

Dejar enfriar sobre una rejilla unos 10 minutos. Desmoldar y dejar enfriar completamente antes de servir espolvoreado de azúcar glacé.

UN DESAYUNO PARA MAMÁ

mayo 04, 2008

Parece mentira que ya haya pasado un mes desde que Mar, Bea y yo, nos propusimos inundar la red de desayunos saludables. Hay que ver la cantidad de personas que en su día a día no desayunan nada y se van a trabajar o a estudiar. Por no decir, los niños que no desayunan en casa, que ni tan siquiera son capaces de tomarse un vaso de leche.

Elegimos esta fecha tan especial, el Día de la Madre, porque queríamos que nos sorprendieran con el desayuno que a tod@s nos gustaría tomarnos si tuviéramos tiempo y sobretodo, si alguien nos lo preparase.

Me he puesto a pensar cuáles son los alimentos que me gusta tomar de desayuno y he visto que no puedo pasar el día sin mi zumo de cítricos. No de naranja solamente. Me gusta que se combinen los sabores: pomelos, mandarinas, limas, limones, naranjas…

La leche, siempre fría, a no ser que el tiempo sea frío; cosa que en donde vivo no suele ser muy habitual.

El pan, tostado. Me da igual que sea integral o no, de tipo brioche, con semillas o sin ellas. Me gusta acompañar el desayuno con ese toque crujiente.

¿Y sobre el pan? Simplemente ajo, aceite, sal y tomate rallado.

Con todas estas pistas… aquí tienen mi desayuno.

Y la receta del pan...

Pan Integral con Miel
Receta del libro, Essentials of Baking, Williams-Sonoma. Adaptada a Thermomix

Ingredientes:

250 ml de leche tibia (a 40ºC)
45 gr de miel
1 huevo grande
230 gr de harina de fuerza
270 gr de harina integral
1 cucharadita de sal
45 gr de mantequilla a temperatura ambiente
1 cucharada de lecitina de soja
1 cucharada de salvado de trigo
1 cucharada de semillas de séamo
1 cucharada de semillas de linaza

Elaboración:

Precalentar el horno a 200º y colocar una rejilla en la zona media del mismo.

Poner la leche y la miel en el vaso de la Thermomix y programar 2 minutos, temperatura 37º, velocidad 3.

Añadir la mantequilla y batir 1 minuto a velocidad 4. Añadir el huevo y mezclar durante unos segundos a la misma velocidad.

Añadir las dos harinas, la sal, la lecitina de soja, el salvado de trigo y las semillas y programar 15 segundos, velocidad 6.

Amasar durante 5 minutos, vaso cerrado, velocidad Espiga.

Dejar levar en el mismo vaso durante una hora, procurando que esté bien tapado.

Espolvorear la superficie de trabajo con un poco de harina. Sacar la masa del vaso y amasarla suavemente para que pierda el aire. Formar un rectángulo, enrrollarlo por la parte mas corta y colocarla en un molde preparado. Dejar levar hasta que doble su volumen.

Poner un bol que aguante el calor con agua caliente en el horno (de este modo realizaremos en la medidad delo posible una cocción con vapor).Meter el pan en el horno y hornear durante 30-35 minutos.

Dejar enfriar sobre una rejilla y esperar a que esté completamente frío para cortarlo en rebanadas.